lunes, 1 de marzo de 2010

Understatement: felipe

No se si será la edad de lo maldito.

Todo parece sumido en una bruma de incertidumbre, y los ojos no acostumbrados a la adultez del cuadro, le restan la importancia debida a los eventos.

La cabeza empieza a funcionar como un motor diferente. Diferentes ruidos, diferentes intereses, diferentes cuadros.

Las neuronas se reposan encontrando un clima cálido de recuerdos y de experiencias venideras en un cómodo micro ecosistema semiselvático de una adolescencia tardía dejada, y la estepa redonda frugal de la adultez. Los árboles y su exquisita delicia, y la tentación de subirse a ellos se esfuman en la ventana y pasa uno a querer recostarse disfrutando un trago a las orillas de quién sabe qué hueco que tenga orillas, por favor.

El trago, fascinante cambio que ilustra mi punto. Inicialmente las bebidas alcohólicas son medidas por el porcentaje barbárico que ha de noquear todos los pensamientos hormonales que horadan la corteza prefrontal, un poco mas grandes… adultos digamos, nos sumimos en la baratez de los vinos no procesados, con un aire dulzón, como dulzones los espíritus y dulzona poesía, y dulzones amores platónicos que se desdoblan dulcemente en un baño de ternura.

Ahora, ahora busco un trago sólido, consistente, aromático, algo que traiga un poco de ayer y un poco de hoy, algo que me recuerde que se necesitan años para poder tomarlo, y años para poder producirlo. Hoy soy ginebra, sin tónica, con hielo.

Sexy.

Brumoso, como lo veo todo, me llena de incertidumbres, pero pausadas, atontadas por el efecto etílico, entran más suave, y son más fáciles de digerir. Las dudas ahora son como un poussecaffe, dulzonas, como el primer amor.

No se si esa incertidumbre. Esa costumbre adquirida y contemplativa es la que hace que el mundo dé más vueltas, más rápido, sin tiempo para pensar, unos se casan, unos se mueren, otros ya tienen hijos y son proles ruidosas que se encuentra uno en el centro comercial. Y yo, sentado acá envejeciendo, me siento detenido conservado en alcohol.

Voy a arrancarme la cana que sale en el mechón de pelo cercano a la frente, a ver si salen más. Algún significado debe tener llegar a algún lugar que todavía no sé, alguna importancia debe tener.

Ojala me salgan más…

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